Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.

martes, 12 de mayo de 2009


A veces el hombre es como la conga, repite una y otra vez. Un paso adelante, un paso atrás, mucha conga pero no se va a ningún lado. Las relaciones con como la conga sin fin…para un lado, para el otro, y siempre se vuelve al mismo punto. Los hombres son previsibles y repetitivos, como la conga; y el amor es endeble, un poco de conga y todo se desarma. Pero la naturaleza humana, como la conga, puede encontrar variantes dentro de un mismo ritmo, y ahí, deja de ser previsible y aburrida.

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