No te acostumbres a mí, no te acostumbres ni a mi risa, ni a mi hiperactividad, ni a mis sonrisas en esos momentos, ni a mis besos, ni a mi olor. No te acostumbres a que te ayude, ni que hablemos de tus problemas, ni a que te escuche con atención. No te acostumbres a como te miro o te dejo de mirar, ni te acostumbres a mis enojos y mis celos.
No te acostumbres... en serio.
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