Nos hicieron creer que cada uno de
nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido cuando
encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en
nuestra vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de completar lo
que nos falta.
Simple,
no existe una media naranja. Existe la persona que te quiere como sos
y esta dispuesta a acompañarte en el camino de la vida y hacerte todo más
fácil. Y no se puede buscar a esa persona porque llega sola.
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